La vertiginosa ciudad nos llevara a la zona de Plaza de Mayo, El Cabildo, donde el pueblo se reunió allá por el 1810, La Casa Rosada todavía se funde en la imaginación la silueta de Evita , La Catedral Metropolitana donde el Papa Francisco inicio su camino a Roma. Luego nos iremos a la zona de la Boca con sus paletas de colores, El caminito y sus conventillos testimonio de la historia. Seguiremos al barrio de San Telmo, el tango y el Fileteado que aún siguen vigentes allí y cada noche un acordeón se escucha escondido entre las casonas del siglo XX. Puerto Madero nos recibe, con sus diques, su distinguida gastronomía y el imponente Puente de la Mujer diseñado por Santiago Calatrava, reflejando su silueta sobre el agua. Los aromas de los Lapachos y Jacarandas nos llevan a la majestuosa e imponente Flor Floralis.
La zona Norte, Recoleta y Palermo son el símbolo de la aristocracia porteña. El jardín japonés se asoma con los aromas de los Jazmines y el planetario se refleja en los lagos de Palermo, donde la mano de Carlos Thays nos ha dejado su sello. Ya finalizando el área de las embajadas nos llevan a la arquitectura de la Argentina “Agroexportadora” y “La Belle Epoque”, donde lo veremos a lo largo de la Av. del Libertador. La Avenida 9 de Julio con el grito de Independencia, El Teatro Colon, La avenida Corrientes y el punto de encuentro de los porteños “El Obelisco”, dará fin a nuestra visita.